UN MUNDO FELIZ

UN MUNDO FELIZ. Huxley lo auguró y ya hemos llegado

sábado, 27 de abril de 2013

¡Ay Candela!


Hoy me siento especialmente consternado. Acabo de conocer el lado más duro de la crisis, de la pobreza, de la miseria. No se trata de los millones de parados que hay en este país que no han conseguido un empleo en los últimos 5 años, ni esas familias cuyos miembros se encuentran todos en desempleo y no hay un mísero sueldo que llevar a casa, ni esos ciudadanos y sus familias que recibieron la promesa del gobierno más demagogo y traidor, a los que dicen que son sus principios fundamentales, de la instauración de un plan de ayudas por su condición de dependientes en base a problemas trágicos de salud y que nunca han visto un miserable duro, ni, muchísimo menos, esas familias que se ven abocadas a la exclusión social y la marginación porque los bancos que arruinaron unos señores que se jubilaron multimillonariamente y que han sido rescatados con el dinero de los contribuyentes, les expulsan de sus casas y les convierten, además, en deudores de por vida (en el momento de concederte la hipoteca te tasan la vivienda en 300, amortizas 100 y cuando la falta de empleo, de la que no tienes la culpa, te impide seguir pagando te quitan la vivienda y sigues debiendo 200, con lo que cobran dos veces)

Todos estos casos no son el paradigma del dolor y la tragedia que la gestión de los políticos, que nunca responderán por su pésima gestión y la ruina causada, siembra a lo largo y ancho del país. Los parámetros verdaderos y reales de esta tragedia vital los marca Candela Peña de ¿profesión? actriz, española, que la precisión es importante para contextualizar el hedor moral que desprende el caso.

La pobre Candela se siente profundamente agraviada porque no le contratan para hacer una película al mes. Ella que se siente particularmente importante porque ha ganado tres premios Goya en su carrera. Los premios Goya, nos los vendan como nos los quieran vender, se reparten en una reunión de colegas y amiguetes con el loable y pulcro objetivo de decir al mundo lo buenos y estupendos que son. Es como si nos reunimos los componentes de mi familia en el salón de mi casa y decidimos otorgar a mi Teckel Gari Matrícula de Honor y Doctorado en Derecho Penal y proclamamos a los cuatro vientos que es el mejor picapleitos del año. Ese es el valor que tienen los endogámicos premios Goya, que dicen defender la Cultura cuando lo que defienden es el bolsillo.

Para que seamos conscientes de la gravedad del caso de Candela y, por ende, supongo yo, del gremio en general, les paso a exponer los ejemplos que la ínclita cita para que seamos conscientes de su trágica situación. Si son ustedes de lágrima fácil y emociones a flor de piel, les recomiendo no sigan leyendo dada la crueldad de la situación que paso a exponer.

Candela compra en el Dia. ¿Hay mayor síntoma de exclusión social? Es absolutamente injusto que una de las más laureadas representantes del gremio que lucha a brazo partido por culturizarnos con su sacrificio (Torrente, El pagafantas…) deba realizar la compra en un establecimiento que, ni por asomo, se les ocurriría visitar a la inmensa mayoría de ciudadanos de este país. ¡Qué vergüenza!

Candela no puede viajar en AVE. ¡Insoportable! Es de sobra conocido que todos los ciudadanos de este país que se desplazan entre sus principales ciudades lo hacen. De hecho, ya no existen autobuses que las comuniquen por falta de demanda, las carreteras se encuentran vacías de turismos y las líneas de trenes más lentas, incómodas y baratas pasaron a la historia por falta de uso.

Y lo que es peor, rayando en el desgarro más vital, Candela, al contrario que la inmensa mayoría de mujeres de este país, no puede permitirse que le maquille una tal Matallana, quien cobra a 300 eurazos el rimel, total para que se te corra de tanto llorar tus desgracias. ¡No hay derecho!

Esta es la ingrata situación de un gremio que dice haber nacido para ser actrices y actores. Una auténtica injusticia. Este es el termómetro de la moral de este país. Personajes que dicen tener una vocación y que se creen en el derecho inviolable de tener que ser sufragados con el dinero de los ciudadanos, para perpetrar, además, una labor que no tiene demanda del público, precisamente, por su nefasta calidad media. ¿Se les ha ocurrido en algún momento a estos jetas que si hiciesen un producto de calidad su “industria” podría financiarse con la afluencia de público?

Esta gente califica de Cultura su “industria” y por ello debe ser subvencionada con dinero público. Nada dicen de que, por igual motivo, deberían ser subvencionados todos aquellos  ciudadanos que digan haber nacido con vocación de escritores, pintores, músicos… Por supuesto ni se les pasa por la cabeza que, si no consiguen ganarse la vida con su vocación, puedan tener que dedicarse, como millones de sus conciudadanos, a otra actividad laboral que les sirva para subsistir. Quizás opinen que los millones de niños que actualmente pueda haber menores de, digamos, 10 años y que dicen querer ser futbolistas en el futuro, pues deban ser mantenidos como tales por el Estado hasta los 35 años aunque sean unos tuercebotas cuyos partidos no atraigan la atención de nadie. Todo porque no se vean abocados a tener que hacer la compra en el Dia.

Este es el nivel moral de la élite cultural de este país sin futuro. Por supuesto, cuando llegue la próxima cita electoral, harán campaña a favor del partido que les prometa más subvenciones, ese es su concepto de lo mejor o peor para este país. Este es el rumbo.

Finalmente un consejo: si lo que aquí ha leído le parece mínimamente acertado, no lo exprese en público. Los miembros de este Sindicato de la Cara Dura le llamarán fascista y vocero de la ultraderecha. Son cultos y progres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario