UN MUNDO FELIZ

UN MUNDO FELIZ. Huxley lo auguró y ya hemos llegado

miércoles, 17 de agosto de 2011

Estado de la inadaptación

Anatomía de un inadaptado

Las magulladuras de este corazón
son de andar a tientas,
las heridas de estas manos
son de hurgar en la basura,
los surcos de estas mejillas
son de lágrimas empedernidas.

Esta pereza en la sonrisa
es de adquirida incredulidad,
estos ojos verdes
son de creer en mañana,
esta pálida piel
de no fingir ser azul.

Esta rigidez en el brazo
es de no darlo a torcer,
esta espalda quebrada
es del peso de las dudas,
este estómago vacío
es de desayunar ausencias
y cenar recuerdos.





Dime que nombre

Dime que nombre ponemos a esto
pero, por favor,
no lo llamemos amor.

No llamemos intemperie
a esta soledad necesitada.
No llamemos silencio
a esta mirada que todo lo dice.

Llamémoslo desnudez
a pesar de la ropa puesta.






Inventario


Aquí los muertos vivientes
aquí los vivos durmientes

aquí las cenizas de los vencidos
aquí los derrotados por asumidos

aquí los inquietos por el frío
aquí los reyes de los que me río

aquí las montañas de mentiras
aquí las verdades mal heridas

aquí los recuerdos que convienen
aquí las memorias que nos duelen

aquí los pocos de los nuestros
aquí todos de sí mismos

aquí los dioses que nos manejan
aquí los diablos que nos tientan

aquí los caballos salvajes
aquí los burros sin ambages

aquí, estos pocos, los honestos
aquí, lo contrario, todos estos.

sábado, 12 de marzo de 2011

Admiración

Me he quedado helado al escuchar a esta mujer. Tanto, que soy incapaz de enlazar dos frases coherentes seguidas. Esto me suele pasar cuando la actitud, compromiso o valía de alguien me hace sentir, al entrar en comparación, inútil, pequeño, cobarde...

Coraje, valor, criterio, compromiso... Una infinidad de características de esas que hacen que tu vida sea complicada en esta mierda de mundo que conformamos, donde ser cobarde y pusilánime resulta infinitamente más cómodo, más rentable vitalmente.

Mi admiración, Señora.






viernes, 4 de marzo de 2011

Pertenencias

Tengo una incertidumbre que me enseña cada día,
tengo un pájaro en la cabeza
a días charlatán, a días mudo,
tengo una carta que nunca escribí
y una respuesta que jamás recibí,
tengo una colección de lágrimas
que es un álbum de fotos.

Tengo un valor y es lo que puedo hacer por ti,
tengo un ansia de buscar que pende de un hilo,
tengo un soñar que es un barco a la deriva
en lucha con las tempestades,
tengo un pronto que cada vez tarda más,
cosas de la edad.

Tengo un espejo al que no presto atención
y una nube que da al mundo.
Tengo una foto en papel mojado que es un oasis,
tengo un avión de papel en el que me gustaría viajar
como en tantos versos absurdos,
tengo una tentación pero no pienso mirar atrás,
tengo una luciérnaga que nunca alcanzo y me incita a seguir,
tengo el convencimiento de que no existe el Edén,
de ser así, ya lo habríamos jodido.

Tengo desprecios que repartir
y gestos que agradecer,
tengo miradas imborrables y puñales olvidados.
Tengo un instinto bandido y una reflexión cobarde,
tengo un final anunciado al que me acerco cada día,
tengo un nudo en la garganta que dejó una traición,
tengo un mapa arrugado que no consigo interpretar,
tengo un sentir inadaptado a este escenario hipócrita.

Tengo un frío que solucionar y una sed que combatir,
tengo cenizas que fueron proyectos
y alguna isla que buscar,
tengo tiempo perdido que dejé por los bares,
tengo dos bolsillos rotos y una piel acostumbrada a perder,
tengo un tacto guardado en la memoria
y una manzana que quiero compartir,
tengo vías muertas de las que huí
y algún tren pendiente de abordar.

Tengo un ayer que me pisa los talones
y un mañana que se hace esperar,
tengo dudas enquistadas, versos fallidos
y alguna timidez vencida.
Me queda alguna idea que vale la pena
y alguna herida que rezuma pasado,
tengo un corazón fatigado que no late, grita,
y una sangre que no circula, empuja.

Tengo una bala en la recámara para madrugadas de melancolía,
tengo una sonrisa asimétrica
por una dura batalla que me llevó al otro lado
del que volví descolocado,
tengo una palabra que es cuestión de fe
y muchos silencios que son la expresión del miedo.

Tengo una necesidad imprescindible:
mantener la creencia de que existe una isla,
en este maldito mar,
en la que naufragar.
Aunque sea mentira.

lunes, 24 de enero de 2011

Perdiendo

Me animaría a mi mismo
pero es que hasta el eco
decide escapar de este agujero
mientras el barro de la trinchera
no libera mis pies.

Me defendería de tus acusaciones
pero es que el sonido
no se transmite a través del vacío
en el que te recluyes.

Vaya par!
Uno medio sordo del silbar de las balas
otra ensordecida por la psicofonía que le legó la ruina.

Vaya dos!
Uno enrabietado por lograr salir de su trinchera
en busca de razones para llorar
otra ahogada en viejas lágrimas
que esposan su voluntad.

Y todos perdiendo.