Vivimos en la época del gregarismo. Si no perteneces a un
rebaño no eres nada (ser nadie ya sería algo) Tener entidad propia en cuanto a
personalidad, criterio, capacidad de crítica, capacidad de autocrítica (esto
duele) exigencia, capacidad de autoexigencia (¿para qué me habré puesto a esto?) Vale,
lo dejo. Empiezo de nuevo.
Vivimos en la época del gregarismo. Si no perteneces a un
rebaño no eres nadie (esto se entiende mejor, ¿no?) El individualismo tiene sus
ventajas solo si sabes apreciarlas tú mismo -difícilmente lo harán los demás
por ti- pero de modo inapelable, también sus desventajas – solo si temes que
los demás lo aprecien por ti- El sentimiento de pertenencia suaviza muchas cosas
de la vida. Digamos que la hace más fácil en lo práctico. El rebaño arropa, te
otorga una identidad, te dice qué eres y de dónde vienes y, muy importante, a qué
causa te debes (hoy no toca hablar del nacionalsocialismo alemán, bueno, del
nacionalismo en general, aunque lo parece. ¿No les suena la melodía? Es siempre
la misma aunque cambie la versión y el ritmo) Yo quería hablar de sentimientos
de inferioridad, de vergüenza por lo que uno es cuando lo importante en la vida es lo que
uno hace y pretende hacer, pero ya saben, mis problemas de concentración...
Todo este rollo que tanto les está aburriendo, o asustando a
quien me estime, si queda alguien, viene a cuenta de observar cómo algunas
personas pretenden maquillar el camino que les trajo aquí, es decir, sus
ancestros, por ejemplo, para ganar en integración, en identidad para con el
entorno, en pertenencia al rebaño, no reparando, para ello, en colgarse un
aparatoso letrero del cuello que diga: “Me avergüenzo de lo que soy”
En esta tierra, como en otras dañadas por el discurso y la
cansina cantinela tan analfabeta y tan de derechas (esto no lo saben, pero ya
lo explicaré otro día) de la raza, la historia, la tierra, la nación, el grupo
sanguíneo, la lengua (tengo que dedicarme a explicar el genocidio cultural y antropológico
en pos de la necesidad política que supuso el batua) y donde no se habla en
absoluto de la persona, ya que esta ha de estar supeditada al colectivo y... -Estoooo...a ver si me concentro, que no hay forma. Ya, sí...- En esta tierra, decía, hay
especímenes que, para conseguir esa integración, ese ingreso en el calor del
rebaño pretenden falsificar -eso no se puede conseguir- su origen, lo que ellos
entienden, en su distorsionada y triste visión de la vida, su inferioridad, su
nacimiento en una casta inferior, su trauma.
Una de las mayores cartas de presentación en esta tierra la
representan tus apellidos. Determinan, en una importante medida, tus orígenes –orígenes
a secas, para ellos orígenes raciales- y hay apellidos que suponen una luz de
neón en medio de la noche. Personas con una carencia importante de personalidad
propia, que necesitan imperiosamente el abrigo de una manada, por incapaces de
ejercer la dura lucha individual que supone abrirse paso en determinados
ambientes, débiles de criterio y convicciones, necesitan abjurar de sus orígenes,
es decir, de las personas, sus ancestros, que les trajeron aquí. En ese momento
tu apellido es una vergüenza, con ello el origen de tus padres, así, como
suena, tu origen, tus raíces y sientes la necesidad de “asimilarlo”
Transformar el apellido Sánchez en Santxez es todo un ejercicio de auto retrato sicológico. Falta
de personalidad, criterio, sentimiento de persona, con lo que de individualismo
va en el término, desarraigo, debilidad conceptual de principios... Muestra vergüenza
de uno mismo, renuncia, ganas de auto denigrarse, auto desprestigiarse, decir
que tus abuelos eran de inferior condición por su lugar de nacimiento, gritar a
los cuatro vientos que eres inferior por naturaleza. Tristeza de uno mismo. Muy
Huxleyniano todo.
Te sentirás arropado, pero para ellos siempre serás Sánchez,
ni siquiera uno más, dado que, REALMENTE, no eres uno de ellos. Tu disfraz se
trasparenta. TX viste la escritura pero la voz desnuda la palabra. Santxez, ¿lo oyes?,
suena igual.
Mi grupo sanguíneo 0- me hace distinguido a tus ojos, te
provoca envidia, pero, te aseguro, no me ayuda en mi lucha diaria por intentar,
solo intentar, ser honesto, PERSONA.
Michael Jackson nació negro y murió negro. Aunque él se
viese blanco. Pero lo importante, o no, lo que quedará, o no, para la historia,
es lo que hizo por, para, con la música. ¿Lo entiendes?
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